/Primeras damas, entre lo coloquial,  excéntrico y, poder detrás del trono

Primeras damas, entre lo coloquial,  excéntrico y, poder detrás del trono

Escrito por: Redacción Ruta Sinaloa

|Por: Jesús Fuentes Félix|

Aún cuando Beatriz Gutiérrez, esposa de Andrés Manuel López Obrador, se propone erradicar el status de primera dama presidencial, la verdad no hay nada nuevo.

Observen ustedes lo siguiente: 

María Esther Zuno, conyugue de Luís Echeverría, 1970 – 1976, — cambió el remoquete de Primera Dama por el de Compañera, rompiendo con protocolo de 50 años iniciado por Natalia Chacón, esposa de Plutarco Elías Calles, 1924 – 1928.

A la señora Zuno le gustaba vestir a la usanza tehuana, — vestimentas largas con llamativos colores. Convirtió la casa presidencial de Los Pinos en espacio de cultura y arte popular, coleccionando miles de muñecas con rasgos indígenas en homenaje a las etnias

Practicó con su esposo un sexenio presidencial de socialismo empírico que, para algunos fue gobierno populista.

Contrastante con Carmen Romano, consorte de José López Portillo, 1976 – 1982, quien rescató la figura presidencial de primera dama, — le gustaba vestir a la usanza gitana y acostumbraba llevar a las giras hasta su piano de cola sin medir en gastos.

Cecilia Ocelli, esposa de Carlos Salinas, 1988 – 1994, durante el sexenio se mantuvo al margen de las decisiones de su marido, aún así gustaba le dijeran primera dama del país.

Algo así Nilda Patricia Velasco, fiel de Ernesto Zedillo, 1994 – 2000, que desatendió por completo su función de primera dama, al grado de no asistir a las juntas importantes de consejo del DIF.

Martha Sahagún, consorte de Vicente Fox, 2000 – 2006, tuvo desmedido poder como primera dama, que en varias ocasiones la consideraron para la sucesión de su marido.

En el último año del sexenio, los rumores sacudieron al país obligando al presidente Fox a negar las aspiraciones políticas de su señora y, “Marthita” tuvo que regresar a su aposento conyugal. 

La ubicaban como primera dama, pero era realmente el poder detrás del trono presidencial, por su constante actividad pública.

Margarita Zavala, la miss de los mil rebozos, – como esposa de Felipe Calderón 2006 – 2012, se quitó el mote de primera dama y vivió con bajo perfil durante el sexenio, aún así se le consideró como sucesora de su pareja.

De hecho, se especulaba sería la candidata del PAN para el 2012 o el 2018. En la primera le ganó la candidatura Josefina Vázquez Mota y en la segunda, Ricardo Anaya.

Como dama presidencial, el paso de Angélica Rivera, compañera de Enrique Peña Nieto, 2012 – 2018, fue sin pena ni gloria. Le ocurrió lo que ha Carmen Romano y Cecilia Ocelli, al terminar el sexenio se divorció.

Beatriz Gutiérrez, consorte de Andrés Manuel López Obrador, 2018 — , suprimió el título de primera dama y, su excentricidad la ha llevado a presidir, — en chanclas –, eventos públicos, sin seriedad a su investidura.

Se autonombró presidenta del Consejo Asesor Honorario de la Coordinación Nacional de Memoria Histórica y Cultural de México, desligándose del valioso y humanitario Sistema para el Desarrollo de la Familia – DIF.

Y sí, creo, Beatriz Gutiérrez puede ser segunda versión de María Esther Zuno y Martha Sahagún, con la perspectiva de un enfrentamiento electoral contra Margarita Zavala en el 2024. 

Bueno, es mi punto de vista.

Pasen feliz primera semana de agosto.

 

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