|Por: G. Fonseca|

Llegamos hasta la Fonda de La Maty Ruiz, allí a un costado de la carretera internacional, justo cuando el sol caía a plomo, ayer 29 de junio cuando se celebró el día de la apóstol San Pedro, la resolana agredía a esos inmolados, un cuadro triste, estaban concentradas las personas que cargan con alguna discapacidad, al llegar mi corazón se «apachurró», al verlos, algunos con parálisis, con serios atrofiamientos en su motricidad, otros imposibilitados para caminar, pues estaban amputados de sus extremidades inferiores, niños con síndromes de down; Vi que llegaban cargando con Valente, un hombre que en su juventud era fuerte y alto hoy la diabetes le tiene minada su salud…

Esa comunidad es relativamente pequeña y tiene un buen porcentaje de habitantes en condición de minusválidos, de completa discapacidad, algunos desde muy niños fueron lacerados por la meningitis o por la terrible poliomielitis y hoy cargan lastimeramente con las abrumantes secuelas.

Allí fue, en esa conmovedora escena, nos encontramos con Alfredo Sicairos, líder de una Asociación Civil que busca aquí y allá apoyos para los discapacitados.

Fue ahí donde comenté que todos esos impedidos, ya no estaban solos pues ahí estaba Alfredo Sicairos con su mesa directiva, anotando todos y cada uno de los inválidos…

Esta humanitaria Asociación Civil trabaja incansablemente en favor de este desprotegido segmento de nuestra sociedad.

Pudimos apreciar en la mirada y en los gestos de los presentes que una pequeña luz de esperanza entraba por un resquicio para iluminar el oscuro túnel donde se encuentran esos seres humanos nacidos entre esa fatalidad.