|Por: Carlos Noé Cota|

 

El lunes pasado, maestros y alumnos regresaron a clases en el nuevo ciclo escolar 2019-2020, entre lluvias, lodo, calor, libros y muchas dudas con la Nueva Escuela Mexicana. A pesar de tantas promesas, los docentes  siguen con bajos salarios, aun cuando tienen la responsabilidad de formar a las nuevas generaciones  y la obligación de ser los transformadores de una nueva sociedad basada en valores,  civismo y  humanismo.

La nueva reforma educativa  aún carece de leyes secundarias aprobadas. Los maestros y maestras de México tienen poca claridad en el modelo pedagógico de la Nueva Escuela Mexicana que pretende aplicarse en un país de grandes desigualdades económicas, costumbres y con escuelas en su mayoría en malas condiciones. Además,  sus deberes y derechos están todavía a la deriva y en un mar de incertidumbres.

Las ideas, planes y exigencias del sector educativo son muchas, pero son más las necesidades y carencias que existen para poder aterrizar el nuevo modelo educativo, ante el burocratismo y presupuestos limitados que no solucionan rezagos acumulados que se suman a las nuevas necesidades.

En esta nueva reforma educativa los intereses políticos se imponen y no pasan de moda, con sindicatos magisteriales que luchan por no perder privilegios e incluso recuperar algunos que ya habían perdido; padres de familia que  quieran o no, se ven obligados aportar cuotas voluntarias  para comprar escobas, trapeadores, cloro, papel de baño, etc. Ante la falta de apoyo del Gobierno que no cumple con lo estipulado en el Art. 3° Constitucional de brindar una educación gratuita y de calidad, con escuelas bien equipadas.

Niños y maestros que tendrán que sortear el nuevo ciclo escolar con libros de texto, programas y modelos de estudio de tres gobiernos diferentes, con una concepción distinta entre cada uno de ellos: la de FELIPE CALDERÓN, ENRIQUE PEÑA NIETO y LÓPEZ OBRADOR.

En la ciudad de México el peso y talla de todos los estudiantes de educación básica será censada a partir de este ciclo escolar para elaborar políticas públicos más eficaces contra la obesidad. El sistema DIF de la ciudad de México y la Secretaria de Educación Publica, firmaron un convenio para armar una radiografía el inicio y cierre del ciclo escolar. En Sinaloa, también se toman medidas y tallas, pero los resultados solo quedan como una carga administrativa más y almacenados en alguna oficina de gobierno sin ser tomados en cuenta.

En México, más de 25 millones de alumnos de educación básica iniciaron el ciclo escolar y sus familias destinaron cerca del 70% de su gasto mensual para ello. Sin embargo, la realidad es que no todos los alumnos lo hicieron en sus aulas, pues existen 6,796 planteles en proceso de reparación o sin recursos para hacerlo, distribuidos en diez entidades de la República. El ciclo escolar que inició significó una derrama de más de 75 mil millones de pesos, siendo el sector comercio el más beneficiado.

En Sinaloa, el ciclo escolar 2019-2020 inició con muchas ilusiones, a pesar que en algunos lugares se sorteó el lodo y la lluvia para poder llegar a las escuelas, y que en muchas aulas no tienen aire acondicionado. Los niños y jóvenes de educación básica, en su mayoría se ven muy felices estrenando uniformes, libros y mochilas, mientras que los maestros se encuentran agobiados por los obstáculos que tendrán que sortear, para cumplir una tarea que al final de cuentas es de todos.

Son tiempos de elevar la calidad de la enseñanza, esto ya es un reclamo generalizado de la sociedad y un imperativo para nuestro desarrollo. Las demandas de educación y de cultura de nuestro pueblo no admiten demoras, ya que satisfacerlas es el medio de superación por excelencia.

Sin una educación de calidad no hay modernización posible, mucho menos se logrará la tan cantada y anunciada 4T. La modernización educativa supone llevar  a cabo un esfuerzo nacional extraordinario sin poses populistas o mediáticas. Elevando los salarios de los profesionales de la educación, para motivar su trabajo y que sea mejor su producción. Sin que exista confusión alguna en la responsabilidad del gobierno, maestros, padres de familia y alumnos. Ya que el artículo tercero constitucional es principio y fin de toda acción educativa.

MEDIO AMBIENTE

La especie humana está destruyendo el planeta sin que nos importe el futuro de nuestros hijos. La población mundial crece día con día y destruye selvas con incendios provocados por la mano de la irresponsabilidad; ríos y mares se envenenan con plaguicidas, plásticos, basura y desechos tóxicos; se contamina el aire, dañando la capa de ozono; miles de toneladas de tierra fértil van a dar al mar; los bosques y numerosas especies de animales desaparecen; los desiertos se extienden; escasean las lluvias y los huracanes son más destructivos.

El papa Francisco manifestó que la Amazonia (Brasil), es “un pulmón forestal vital” para el planeta y pidió que los incendios que azotan la zona sean controlados.

El Gobernador QUIRINO ORDAZ COPPEL,  en días pasados aceptó  el cargo de Vicecoordinador de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Hidráulicos y Cambio Climático de la Comisión Nacional de Gobernadores (CONAGO),  donde su primera prueba de fuego será su postura sobre el tema de la construcción de la planta de Amoniaco del Puerto de Topolobampo. Proyecto convertido en la manzana de la discordia entre el colectivo “Aquí No”, y los que buscan la realización del proyecto petroquímico. Una decisión que le toca asumir a dependencias federales, pero donde también se involucran los gobiernos locales.

Si se quiere salvar la especie humana se tendrá que poner un alto a pruebas nucleares, guerras y conflictos de países en disputa por el poder mismo. Generar un nuevo orden económico justo entre países con gran desarrollo y otros con pobreza extrema; poner un alto  al armamentismo y tráfico de armas, como sucede entre vecinos del norte y países como el nuestro. Si no cambiamos conductas ahora, posiblemente mañana sea demasiado tarde.