|Por:  Carlos Noé Cota|

Una sociedad abierta, comunicada y exigente como la nuestra, requiere de gobernantes con conocimiento, voluntad, creatividad y honestidad. De gobiernos con un proyecto democráticamente integrado con las voces de la sociedad: escuchando sus necesidades, sus aspiraciones, sus reclamos y cumpliendo los compromisos adquiridos a lo largo de las campañas electorales. De servidores públicos que superen voces de claudicación, que ayuden al gobernante a resolver conflictos políticos, rezagos sociales y que pongan freno a los privilegios del pasado bajo banderas de transparencia, austeridad y de enriquecimiento del diálogo.

La titularidad de la Secretaría General de Gobierno, debe estar en manos de hombres o mujeres que tengan la capacidad y experiencia para diseñar programas estratégicos de apoyo al ejecutivo estatal y no convertirse en un área alejada de la realidad que obstaculice el entendimiento en el Estado. ENRIQUE INZUNZA CAZARES, tiene la oportunidad de trascender, pero para ello debe comprender que la buena política se practica no se platica.

En el gobierno de ALFONSO G CALDERÓN, protestó como Secretario General de Gobierno ELEUTERIO RIOS ESPINOZA, quien duró pocos meses y fue remplazado por MARCO ANTONIO ARROYO CAMBEROS, hombre de gran prestigio profesional, conocedor del derecho, de trato humilde y hábil para conciliar. En el Gobierno de ANTONIO TOLEDO CORRO, fungió hasta su muerte, MARCO ANTONIO ARROYO.

FRANCISCO LABASTIDA, al inicio de su administración se hizo acompañar en la General de Gobierno por el prestigiado abogado DIEGO VALADEZ, quien posteriormente se fue a la Procuraduría General de la República, terminando en dicha responsabilidad JUAN BURGOS PINTO, considerado el hombre de las mil batallas (también ocupó la Dirección de Gobierno Federal al lado de EMILIO CHUAYFFET CHEMOR, en el gobierno de ERNESTO ZEDILLO).

Al llegar RENATO VEGA ALVARADO al gobierno del Estado, designó al DR. FRANCISCO FRIAS CASTRO, como su hombre de confianza en La Secretaría General de Gobierno, quien supo darle equilibrio político a un gobierno difícil de llevar por la enfermedad que lamentablemente acabó con la vida de VEGA ALVARADO.

JUAN S. MILLAN, ante la avalancha de presiones políticas internas y externas que enfrentó al llegar a la gubernatura designó al DR. GONZALO ARMIENTA CALDERÓN, como jugador de la primera base. Por su parte, JESÚS AGUILAR PADILLA, dio prioridad a la política a pesar de estar reprobado en la materia y designó a RAFAEL OCEGUERA RAMOS como su Secretario General de Gobierno. Con la llegada de MARIO LÓPEZ VALDEZ, se logró el amarre del nudo ciego al ser acompañado durante seis años de gobierno (y otros que vendrán por aparentes compromisos políticos y de amistad) por GERARDO VARGAS LANDEROS, quien busca trascender como alcalde y posteriormente ser candidato al Senado de la República y Gobernador del Estado. Los tiempos y las circunstancias políticas cambian modificando los escenarios y todo puede suceder.

En el Gobierno de QUIRINO ORDAZ COPPEL, ocupó tan deseada y poderosa responsabilidad el DR. GONZALO GÓMEZ FLORES, quien supo transitar por La Secretaría General de Gobierno, sin cuestionamientos de abuso de poder, deshonestidad o por utilizar el cargo para lograr algún puesto de elección popular. Su refugio actual, es un despacho de prestigiados abogados en la Ciudad de México.

En este tránsito de un gobierno a otro, quienes han ocupado la titularidad de dicha secretaría, son el efecto espejo del gobernador en turno; pues a través de ellos expresan lo que piensan, lo que buscan y como quieren trascender. Estos han sido años de búsquedas audaces y experiencias enriquecedoras de diferentes gobiernos que han dejado tanto huellas positivas como negativas. Por el momento la pelota se encuentra en la cancha de juego del Gobernador RUBÉN ROCHA MOYA, quien tiene como ampáyer a ENRIQUE INZUNZA CAZAREZ, encargado de escuchar y hacer respetar las reglas del juego y libre de cualquier compromiso personal o grupal. El Secretario General de Gobierno también debe buscar el renacimiento de modernidad política, ser ejemplo de vida pública y privada, mantenerse alejado de la manipulación de los grupos fácticos de poder y mantener el diálogo con los grupos políticos, sociales y económicos de la entidad.