El año próximo será muy difícil para los mexicanos en materia económica. Todos los pronósticos indican desempleo y más pobreza durante el 2021. El Fondo Monetario Internacional (FMI), sugiere al gobierno federal posponer planes del proyecto de La Refinería Dos Bocas, enfocar la producción petrolera solo a campos rentables y vender activos no esenciales que sirvan de estímulo para impulsar a otros sectores importantes y vulnerables en la economía del país.
La pandemia del covid-19 nos va llenando de cicatrices en materia de salud y economía. También genera enojo, enfado, miedo, incertidumbre, pérdida del empleo y luto. La pandemia supera a nivel mundial la barrera de los 40 millones de contagios y no se detiene. El número de fallecidos está arriba de 1.1 millones. México ocupa el nada honroso cuarto lugar a nivel global en cuanto a mortandad provocada por el virus con más de 88 mil defunciones y un total de 867 mil 559 contagiados.
Autoridades de salud piden evitar congregaciones por el día de muertos y día de la Virgen de Guadalupe. La pandemia sigue activa, y sin vacuna no es posible detenerla. Nuevamente se enciende la alarma sanitaria ante un posible repunte de casos de coronavirus al acercarse la temporada invernal y tras la relajación del distanciamiento social. Aun así, se abren estadios de beisbol y se juega a la vialidad con semáforos verdes, amarillos, naranjas y rojos.
La sequía y sus efectos también tendrán graves consecuencias en un Estado agrícola como Sinaloa. Este año no fue llovedor, ninguna de las 11 presas está al 100% de su capacidad como otros años y en conjunto apenas reúnen el 50% de su capacidad de agua. Esto también pegará en la producción de alimentos, en la economía estatal y afectará directamente a los hombres del campo sin que importe si son de ricos valles o productores de temporal. También en el paquete van los ganaderos y hogares de los altos de Sinaloa quienes padecerán por la escasez de agua.
En lo político, ningún partido está libre de actos de corrupción y eso daña la política. Los acontecimientos de Ayotzinapa donde desaparecieron 32 estudiantes normalistas en el gobierno de ENRIQUE PEÑA NIETO, no se olvidan fácilmente. Los gobiernos panistas (del 2000 al 2012) también tienen su historia al presentarse actos violentos de gran envergadura. En la actualidad con el gobierno de LÓPEZ OBRADOR, pareciera que como las cebras “entre más rayas más elegantes se miran”, demostrando que seguirá haciendo lo que le venga en gana con su gobierno.
Ante estos hechos, se incrementa el encono social en nuestro país por las cosas tan graves que están sucediendo en el ámbito económico, político y social. En la sociedad se está mezclando un catalizador que tarde o temprano estallará. La mecha ya está encendida por la falta de crecimiento económico, la inseguridad pública, militares injuriados y lastimados en su orgullo nacional, hombres y mujeres del campo olvidados por la federación; mujeres que buscan a sus hijos desaparecidos; pescadores olvidados y marginados; familias que perdieron su empleo y sus ahorro por la pandemia y se sienten desoladas.
En lo político estamos como en el juego de beisbol, hay que ser muy inteligentes, donde todos los jugadores al batear están sujetos a seguir las señales que les manda el coach de tercera y este a su vez, las recibe del manager desde la caseta. Así mismo, el cátcher instruye al pitcher sobre el tipo de lanzamiento que debe realizar a cada bateador, según sus características. Luego vienen las señales de bases disfrazadas, robo de bases y lo más arriesgado es el robo de home, donde la señal es tanto para el corredor en la tercera como para el bateador.
La política también está llena de señales que son fáciles de disfrazar, pero que a veces se toman equivocadamente y las consecuencias tienen un alto costo político. El gobernador QUIRINO ORDAZ COPPEL, mandó sus jugadores al campo de juego. CARLOS GANDARILLA limpiando playas y medio ambiente; SERGIO TORRES desesperado al sentir que el chinchorro no tiene capacidad para atrapar peces grandes y valiosos; RICARDO MADRID PÉREZ, sin estatura para brincar a nuevas alturas; SERGIO MARIO ARREDONDO, cubriendo espacios que otros van dejando; JUAN ALFONSO MEJIA, todo indica que podría quedar fuera del juego sucesorio; GONZALO GÓMEZ FLORES, con la confianza y seguridad de que trabajo, lealtad y capacidad matan grilla.
Otros se sienten jugadores libres, pero pueden ser ponchados. Mientras que el manager del equipo estatal fintea y hace doble juego; el ampáyer nacional del PRI, es una figura decorativa, que cuida las instalaciones del viejo edificio de insurgentes a la espera de un milagro político.
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