|Por: Carlos Noé Cota|

Por lo que se vive en Sinaloa en materia política, pareciera que el gobernador, RUBÉN ROCHA MOYA, juega con los tiempos: suelta la piola, deja correr las cosas y mide tiempos, pero por salud pública es necesario que de un manotazo, ya que todos quieren ser dueños del balón y nadie se hace responsable de cuidarlo.

Personajes que se unieron en el proceso electoral de junio pasado hoy se muestran rebeldes e indisciplinados; hay conflictos entre los que gobiernan a nivel municipal y sus antecesores; los regidores se exhiben como mandaderos de quien impuso sus candidaturas. Esto, entre otras cosas, refleja desorden político, ambición de poder, protagonismo, además afecta la democracia y el desarrollo de la entidad se pone en riesgo.

El Secretario General de Gobierno, ENRIQUE INZUNZA CÁZAREZ, debe de imponer su autoridad, dando un golpe de timón y que los involucrados en los conflictos afronten las consecuencias de ello, de esta manera se sienta un precedente de que el jefe político es RUBÉN ROCHA MOYA y nadie más.

HÉCTOR MELESIO CUÉN OJEDA debe guardar distancia y sacar las manos del conflicto que se vive en Mazatlán y otros municipios de la entidad y definir de una vez si es Secretario de Salud o Dirigente del PAS; por su parte, LUIS GUILLERMO BENITEZ, debe recordar su juramento al protestar el cargo de presidente municipal, de lo contrario demuestra que no es congruente con el lema de 4T “no mentir, no robar y no traicionar”.

Los alcaldes JOSÉ PAZ LÓPEZ ELENES de Badiraguato; MARÍA ELIZALDE RUELAS de Mocorito; GILDARDO LEYVA ORTEGA de El Fuerte, MARTÍN AHUMADA QUINTERO de Guasave, entre otros, no cantan mal las rancheras. Siguen sin entender que ya son gobierno y su función es cumplir con los cambios que ofrecieron como candidatos.

Todo esto demuestra que el proceso de cambio es todavía muy largo y que existen muchos pactos que aún no sellan. Es necesario que los alcaldes entiendan que sin importar la situación política de los municipios que gobiernan, debe imperar un acuerdo sobre el rumbo a seguir, y si existe algún acto de corrupción o malversación de fondos de las administraciones pasadas, sin mucho escandalo deben poner la denuncia correspondiente y que se aplique la ley.

En política es muy común que sigan presentes los traidores y los mercenarios del poder. Son muchos los que utilizan recursos públicos para engrandecer sus figuras y hacer de sus vicios virtudes. Pero ninguno de ellos escapará del juicio de la sociedad y será la historia quien los juzgue en su momento.

El municipio de Ahome es tema de interés colectivo, al tener una sociedad cada vez más cuestionadora y participativa. Es común que muchos se dejen llevar por el interés personal o se encandilen con espejitos que genera la publicidad. La consulta popular que definirá el proyecto de la planta de amoniaco del puerto de Topolobampo, marcará nuevos tiempos. La lectura política refleja que no hay enemigo pequeño y todo cuenta, sea suma o resta.

Habrá que esperar para ver si los señores alcaldes de los 18 municipios de la entidad logran dar estabilidad política, administrativa, financiera y social a sus gobernados y no resulten peores que otras administraciones. Los meses por venir serán muy agitados en materia política, toda vez que la sucesión presidencial está cerca, además se juegan escaños en La Cámara de Senadores y Diputados. Por lo pronto, hay mucho que pensar y analizar.

Sinaloa está viviendo un cambio generacional de hábitos, estilos y patrones de conducta. Hay una lucha muy intensa entre la tradición y las exigencias de la nueva clase política que está gobernando el país. Estamos viviendo tiempos donde se observa un ajuste de cuentas de quienes van montados en el lomo de la 4T contra la vieja clase política del PRI, PAN y PRD. Y este forcejeo también se da en la sociedad: los que dicen ser conservadores contra los liberales, en otras palabras, “los chairos contra los fifís”. Cabe señalar que la punta de la pirámide del poder sigue siendo el presidente de la república, quien decide los castigos, los premios o los destierros de un país con libertades cívicas donde la monarquía vive con ropajes republicanos. Aun así, hay que seguir adelante, con la frente en alto y sin bajar la guardia.