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De una bala en la cabeza | El posible final de «El Chueco» en Choix, Sinaloa

Escrito por: Redacción Ruta Sinaloa

  • Antes de su muerte, «El Chueco» fue convocado a reunión con líderes criminales en Sinaloa
  • Una hermana de José Noriel Portillo Gil ha identificado el cadáver del presunto asesino de dos sacerdotes jesuitas, un guía turístico y otro hombre en la Sierra Tarahumara. La Fiscalía aguarda a las pruebas de ADN para confirmar su identidad.

Marzo de 2023.- Desde el viernes 17 de marzo, José Noriel Portillo Gil, alias el Chueco, fue convocado a una reunión con líderes criminales de “Gente Nueva” en Sinaloa; después de ese encuentro, su cuerpo fue abandonado la noche del sábado 18, pero no fue hasta el domingo 19 cuando elementos de seguridad lo ubicaron, luego de que habitantes de la comunidad de Choix escucharan detonaciones de arma de fuego, según parte de los informes que han obtenido los agentes de la Fiscalía General del Estado.

El cuerpo tenía el agujero de un balazo en la cabeza y un rastro de 16 cartuchos de munición gastados a su alrededor. Cuando algún vecino dio por fin la voz de alarma a la policía, el cadáver llevaba ya 24 horas abandonado sobre el polvo de un camino entre  El Chinal y Picachos, en lo alto de la Sierra de Choix.

De acuerdo con el parte oficial de los hechos, José Noriel murió a causa de un disparo en la cabeza, y aunque medios de información en Sinaloa detallaron que había recibido al menos seis impactos, esta información no fue corroborada.

A días de que cumpliera 31 años de edad, José Noriel era buscado por los tres niveles de gobierno, pero no fue hasta que el mismo grupo para el que operaba en Chihuahua lo llamó para sostener un encuentro con algunos miembros del “Cártel de Sinaloa”, a donde acudió con al menos cuatro escoltas o personas de su confianza, de los cuales al momento no se ha brindado mayor información, que se dio a conocer su deceso.

José Noriel Portillo Gil, alias El Chueco (sobre cuya cabeza pesaba una recompensa del Gobierno de cinco millones de pesos) adquirio notoriedad nacional el pasado junio cuando  el  criminal,  jefe de plaza de Gente Nueva, considerado como el brazo armado del Cartel de Sinaloa en Chihuahua, desató 24 horas de plomo y terror en el corazón de la Sierra Tarahumara. El saldo final fue el asesinato a sangre fría de dos sacerdotes jesuitas, Javier Campos Morales (78 años) y Joaquín Mora (80); un guía turístico de la zona, Pedro Palma (60), y otro hombre, Paul Osvaldo.

Sus restos han sido identificados este miércoles por su hermana, Diana Carolina Portillo, según el fiscal de Chihuahua, César Gustavo Jáuregui, aunque el Ministerio Público todavía aguarda el resultado de las pruebas de ADN para confirmar su identidad.

La Compañía de Jesús, la organización religiosa a la que pertenecían los dos sacerdotes, ha asegurado en un comunicado que esperaran “a que la identidad sea plenamente corroborada antes de fijar una postura”.

Sin embargo, han señalado: “Su aparición sin vida de ninguna manera puede considerarse como un triunfo de la justicia ni como una solución al problema estructural de violencia en la sierra Tarahumara. Por el contrario, la ausencia de un proceso legal conforme a derecho con relación a los homicidios implicaría un fracaso del Estado mexicano frente a sus deberes básicos y confirmaría que en la región las autoridades no detentan el control territorial”.

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