28 de noviembre de 2024 .- Silvia Pinal, la última gran diva del cine, teatro y televisión mexicana; musa inspiradora, símbolo sexual, mujer emprendedora y una de las protagonistas del siglo XX, falleció este 28 de noviembre a los 93 años de edad, debido a complicaciones por una infección de las vías urinarias.
Tras su muerte, la Secretaría de Cultura de ese país describió al legado de la actriz como un «pilar fundamental del cine, el teatro y la televisión en México».
En su autobiografía «Ésta soy yo. Silvia Pinal», la actriz recordaba que la filmación fue una especie de regalo de bodas de su entonces marido, el empresario Gustavo Alatriste.
La pareja viajó a España para contactar a Buñuel, a quien encontraron en su pueblo natal Calanda, en la provincia de Teruel. Pinal los presentó.
«¿Y él quién es, productor, director?», preguntó. La actriz respondió: «No, don Luis, es mi marido y es mueblero».
Intrigado, Buñuel insistió: ¿por qué un vendedor de muebles quería hacer cine?
«Porque me ama», fue la respuesta. «Ah», dijo el director. «Es una muy buena razón».
Alatriste pagó 150.000 pesos de entonces al cineasta por la película. Ése fue el regalo de bodas para su esposa.
Y «Viridiana» es la cinta por la que más se la recordará y la que la consagró como actriz.
A Silvia Pinal se le consideraba «la última gran diva de México» y entre las razones para la definición destacan las películas «Viridiana», «El ángel exterminador» y «Simón del Desierto».
Fue una de las actrices que más filmó con el cineasta español.
En México la llamaban «la musa de Buñuel».

Seductora
Pinal nació en en 1931 en el puerto de Guaymas, Sonora, en el noroeste del país.
Por el trabajo de su padre, un exmilitar, vivió en varios lugares antes de asentarse definitivamente en Ciudad de México, donde a los 14 años consiguió su primer empleo como secretaria en un laboratorio farmacéutico.

En 1948, debutó en su primera película con un papel pequeño en «Bamba», y a partir de ese momento filmó más de 100 cintas en México y otros países.
Silvia Pinal fue una actriz versátil: lo mismo interpretó a una ingenua chica consentida de familia adinerada, que a mujeres seductoras en busca de conquistar hombres millonarios.
En su filmografía abundan las comedias ligeras o de estilo comercial, con las que obtuvo varios reconocimientos y la volvieron muy popular en México.
De acuerdo con especialistas tuvo un papel central en el estilo de cine que nació en la década de los 50 y cuyo tema más frecuente fueron historias desarrolladas en las ciudades, a diferencia de otros períodos cuando los guiones se basaban sobre todo en la vida del campo.
Fue un contexto distinto que requería, también, de otro tipo de actrices.
«Más que campo, arrabal o barrio debían sugerir una sensualidad más sofisticada, desbordante», escribió el historiador Felipe Mera en la revista Veredas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Era una imagen que causaba controversia.
En 1961, por ejemplo, el gobierno de España encabezado por Francisco Franco prohibió la exhibición de «Viridiana» después de que el diario italiano L’Osservatore Romano la calificó como «blasfema».
Pinal contaba que las autoridades españolas ordenaron confiscar todas las copias de la cinta, pero amigos de la actriz enterraron en su jardín un par y ella misma llevó a México de contrabando otras tres.
Por eso fue posible que «Viridiana» se exhibiera en América Latina.
Vida política
Aunque en México muchos destacan especialmente la belleza de Silvia Pinal, también hay otros momentos que ahora se recuerdan.

Uno de ellos es el período entre 1991 y 2000 cuando la actriz fue sucesivamente diputada federal, asambleísta del Distrito Federal y senadora, postulada siempre por el entonces gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En ese lapso impulsó algunas legislaciones que tuvieron poco éxito, como una propuesta para endurecer sanciones a la reventa de boletos de espectáculos, y modificaciones a la Ley de Cinematografía.
Además fue secretaria general de la Asociación Nacional de Intérpretes, la Asociación Nacional de Actores y promotora de obras musicales en teatros del país.
También protagonizó varias polémicas. En 2000 tuvo que exiliarse durante casi un año en Miami, pues en México fue acusada de malversar fondos de la Asociación Nacional de Productores de Teatro (Protea), que ella fundó.
Silvia Pinal se desarrolló como actriz de diversos géneros, en distintos escenarios y con elencos de actores tanto mexicanos como extranjeros. Su versatilidad le permitió trabajar en cintas como El rey del barrio y La marca del zorrillo, al lado de Germán Valdés Tin Tan. Un rincón cerca del cielo, en la que compartió créditos con Pedro Infante, y Puerta joven, al lado de Mario Moreno Cantinflas.
A principios de la década de los 60 la actriz alcanzó mayor proyección internacional al protagonizar las películas Viridiana (1961), que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes a la mejor película y El ángel exterminador (1962), considerada una de las mejores cintas de todos los tiempos por The New York Times, dirigidas ambas por el cineasta español Luis Buñuel y coproducidas por Gustavo Alatriste.
El gobierno español la condecoró con la Orden Isabel la Católica por su contribución al mundo del cine. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, con sede en Hollywood, la consideró una de sus integrantes por su amplia y notable trayectoria y sus aportaciones a la industria cinematográfica.
La película que la convirtió en estrella fue Un extraño en la escalera (Tulio Demicheli, 1954), junto a Arturo de Córdova, quien aprobó a Pinal para que fuera su coestelar y después con el mismo actor filmó El hombre que me gusta, con la dirección de Demicheli, en 1958. En El inocente, emblemática cinta con Pedro Infante, Pinal volvió a demostrar su talento junto al ídolo sinaloense; también se recuerda la película junto a quien fue su esposo Enrique Guzmán en ¡Cómo hay gente sinvergüenza!, de René Cardona Jr; además ambos estuvieron en el programa de variedades Silvia y Enrique, el cual duró cuatro años.
Silvia Pinal fue pionera de teatro musical en México, en 1958, participó en Ring, ring llama el amor, que se presentó en el teatro del Bosque, montaje al que le siguieron los papeles protagónicos en Mame; Hello, Dolly, La jaula de las locas y Gipsy, en la cual actuó al lado de su hija Alejandra Guzmán.
La actriz y productora quien ha sido definida como visionaria, prolífica y generosa; además de su profesionalismo, disciplina y gran capacidad de trabajo, siempre buscó reinventarse y actualizarse. Ahora dejó un gran legado artístico, cultural y como mujer emprendedora, pues siempre buscó nuevos proyectos e impulsó formatos y esquemas de trabajo, tanto en teatro como en televisión.
Los esposos de la diva fueron Rafael Banquells, Gustavo Alatriste, Enrique Guzmán y Tulio Hernández Gómez; mientras que un duro golpe que la cimbró y del que nunca se repuso del todo fue por el fallecimiento de su hija Viridiana Alatriste, a los 19 años de edad.
La paradoja del nombre Viridiana
El aspecto personal de la última diva de México no fue tan exitoso.

Durante varios años Silvia Pinal padeció un glaucoma que le obligó a cancelar presentaciones y alejarse durante un tiempo de los escenarios.
Pero lo más grave ocurrió con su familia. Una de sus hijas, la cantante de rock Alejandra Guzmán, estuvo a punto de morir por complicaciones de una cirugía plástica mal practicada.
Antes, en 1982, había muerto otra de sus hijas, Viridiana, de 18 años de edad, en un accidente automovilístico en Ciudad de México.
Cinco años después falleció su nieta en la piscina de su casa. La niña de 2 años se llamaba igual que su tía.
Fue una de las mayores paradojas para la actriz: Viridiana, el nombre que representó la gloria en su carrera, fue también el mayor dolor en su vida.
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