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Puente Negro: No estaban muertos

Escrito por: Redacción Ruta Sinaloa

|Por Guillermo Bañuelos|

Atenidos al aplastante poder del neo-presidencialismo amloista y de la arrolladora maquinaria mediática de la 4T, nadie en sus cabales supuso el sábado 17 que el PRI borraría al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador y a sus aliados en las elecciones del domingo 18 en Coahuila e Hidalgo. Cómo. Por lo pronto, el PRI mostró qué no estaba muerto.
Este acontecimiento, para algunos, significa un parteaguas que modifica los pronósticos sobre el proceso 2021, lo que resulta exagerado.

Recordemos que se trató de un proceso local con una trascendencia menor frente al significado de las elecciones del año próximo en que se renovarán la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, los congresos locales y cientos de alcaldías. Para intentar quedarse con este enorme pastel, los contendientes apostarán todo por el todo en una lucha de solo rudos que podrían ignorar cualquier regla.

Es difícil predecir qué sucederá en 2021.

Las elecciones del sábado pasado, no obstante, dejan lecciones claras para todos, y hay muchos elementos clave que deberán ser considerados desde hoy por los estrategas electorales y los analistas:
-El domingo 18, Morena pagó un alto costo por la indefinición de sus dirigencias locales y nacionales y la falta absoluta de trabajo territorial.

-En 2021, el propio AMLO podría asumirse como líder virtual de su partido antes y durante el proceso ante la acefalia del partido en el poder.

-La Consulta sobre gobernantes del pasado, aparejada al proceso electoral, será tema central en el debate.
-El contexto nacional y particular de cada entidad influirá en el ánimo del electorado, particularmente la situación de la economía y el avance o la detención de una pandemia que ha costado ya alrededor de 85 mil muertes.
-El domingo 18 nos recordó que no hay enemigo pequeño.

-La guerrilla intestina de Morena y los resabios que ésta deje podrían deteriorar el rendimiento electoral del partido.
-Al PRI le han crecido sus enanos. Algunos militantes reclaman ya espacios y candidaturas y, de la nada, sin estructuras de apoyo reales, crean membreten «democráticos» y ensayan discursos que podrían debilitar la fuerza del partido.

-Quiérase o no, el PRI es una maquinaria electoral más completa y probada que la del resto de los partidos.

-La derrota del domingo 18 parece sea la resaca de un partido que arrasó estrepitosamente en 2018 y permaneció casi dos años en una borrachera de poder que produjo el tsunami amloista.

Mil factores más se conjugarán en los resultados del 2021.
El ensayo será complejo.
Después analizaremos la importancia de los candidatos y su influencia en el comportamiento de un conglomerado de votantes que podría privilegiar los perfiles particulares por encima de los cada vez más desprestigiados partidos.

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