|Por: José Angel Sánchez López|

Las leyes callan cuando las armas hablan. Cicerón

Ante la complacencia-complicidad del Presidente Andrés Manuel López Obrador nuestro país está convirtiéndose en un Estado narco, en donde son las bandas de la delincuencia las que imponen su ley sembrando terror y muerte por todos rumbos de México.

El asesinato del Juez federal Uriel Villegas Ortiz y su esposa el pasado 16 de junio en Colima, el atentado contra el Secretario de seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, este viernes, son francos retos de la delincuencia a las autoridades de todos los niveles, especialmente a las federales.

Las armas de grueso calibre truenan en varios Estados sembrando terror y muerte y su traqueteo semeja las carcajadas de los delincuentes en respuesta a la propuesta de López Obrador de abrazos no balazos

En Guanajuato se han cometido mas de cien asesinatos en solo siete días.

En Sonora grupos armados instalan retenes en la carretera y despojan a los conductores de vehículos…

Este viernes en la carretera Zacatecas-Durango se localizaron 15 cuerpos acribillados.

Acá, en nuestro Sinaloa desde hace varias semanas grupos delincuenciales hacen correrías en la sindicatura de Tepuche, en donde hace poco tiempo fue asesinado el comandante policiaco destacamentado ahí.

Luego, a cada rato los grupos armados recorren la zona, como Pedro por su casa, sembrando el terror.

El miércoles 24 se desató la furia de las armadas.

Luego de varias horas de balazos de grueso calibre quedaron 16 cuerpos sin vida regados en calles y caminos.

Casi 12 horas los cuerpos estuvieron tirados antes de que las autoridades dieran fé y los levantaran.

Y los cuerpos policiacos locales…?

Y la flamante Guardia Nacional…?

Y el Ejército…?

Todos quietos!

Las policías locales no tienen ni el armamento ni la capacidad que han mostrado los delincuentes.

El Ejército ha sido humillado por López Obrador desde el 17 de octubre de año pasado cuando ordenó liberaran a Ovidio Guzmán que había sido capturado.

El Ejército se tragó la vergüenza y el coraje teniendo que acatar la orden de su “Comandante supremo”.

Y la flamante Guardia Nacional…?

Y los 3,500 elementos que llegaron a instalarse en el campo militar “El Sauz”…?

Mientras no haya orden superior nadie se mueve para enfrentar a los delincuentes!

En lo que va de la administración Lópezobradorista ya suman mas de 50 mil los asesinatos cometidos por el narco.

Pero para López Obrador “vamos bien”…

Si, va bien en su posible alianza con los grupos de la delincuencia que se puso de manifiesto primero con su promesa de no combatirlos, luego con su “abrazos no balazos”, mas tarde, el día del culiacanazo con la orden de liberar al hijo del Chapo Guzmán.

Y luego por si duda quedaba, la visita y saludo a la madre de Joaquín Guzmán, doña Aurora Loera y la confianza con que el abogado del narcotraficante le toma del brazo y se va caminando y conversando con él, lo que ningún ciudadano común y corriente puede hacer.

La impunidad con que actúa la delincuencia y la pasividad de las autoridades hace pensar seriamente en que hay un pacto del Presidente con el narcotráfico, al menos con algunos de sus grupos.

Las evidencias ahí están: la violencia desatada impunemente.

Estamos entrando a un narco Estado…?

¿O ya estamos en él…?

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