|Por: José Ángel Sánchez López|

 

Que la recuperación se consolide no significa un retorno a la normalidad, si por normalidad se entiende la etapa que vivimos en los años que precedieron a la crisis. Las secuelas de la crisis tardarán en desaparecer.   

Emilio Botín  

Por decreto estamos entrando en la nueva normalidad, pese a que aún estamos en pleno azote de la pandemia del coronavirus.

Sin embargo, pese a los riesgos de contagios las actividades no pueden seguir paralizadas, sobre todo las comerciales que dan vida y sustento a las familias de cada ciudad.

Como tampoco las autoridades deben de mantener paralizadas sus actividades de servicios y obras esenciales.

Prueba de ello es lo que hace el Gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, que no solo no ha suspendido la ejecución de importantes obras sin descuidar la aplicación de los recursos necesarios para que el sector salud pueda atender el grave problema que vivimos.

Así, hemos visto como el Gobernador, cuidando en todo no propiciar la expansión del virus realiza sus giras inaugurando o poniendo en marcha obras importantes para la ciudadanía  

A diferencia de lo que hace el Presidente Andrés Manuel López Obrador que  ha reanudado sus giras por los Estados con sus discursos de sueños y odio, y supervisando sus fastuosos proyectos a los que no ha quitado ni un quinto de los presupuestos para moverlos a donde si se necesitan que es en el sector salud en donde médicos, enfermeras y todos los trabajadores de la salud luchan por salvar vidas sin contar con los equipos adecuados para proteger las suyas, ni los elementos suficientes para los pacientes que mueren día a día. 

Como ejemplo del trabajo de Ordaz Coppel, acaba de estar en el municipio de El Fuerte inaugurando y entregando obras que suman inversiones de varios millones de pesos.

Y precisamente ahí en el Fuerte, el Gobernador Ordaz Coppel habló de la aplicación del semáforo regional para reactivar las actividades que dan vida a la economía del Estado.

Si bien el gobierno federal tiene pintado a Sinaloa como uno de los Estados en rojo, la realidad es que no todos los municipios lo están, ya que los focos principales de la pandemia se sitúan en los mas importantes y populosos.

La idea planteada por Quirino es que las regiones que no tienen un elevado número de contagios no sean tratadas con la misma severidad que las que están sufriendo altos índices de casos positivos y fallecimientos.

Se trata, dijo, de reactivar la economía por zonas, unas mas abiertas que otras pero que el resultado sea una economía operando en zonas donde se pueda sin tanto riesgo.

Destacó la importancia de que la ciudadanía entienda las razones por las que algunas zonas pueden abrirse sin problemas y que otras tendrán que esperar a que bajen sus indicadores de contagios.

Los comerciantes de diversos giros tienen rato pugnando porque se les permita reabrir sus establecimientos. Muchos están al borde de la quiebra, sobre todo los pequeños y medianos.

Muchos pensaron que con la llegada de la “nueva normalidad” podrían reanudar sus actividades, pero esto deberá ser paulatinamente, observando enérgicamente las medidas preventivas que se están dictando para evitar nuevos repuntes de la pandemia.

En algunos puntos del Estado, donde los brotes del virus son menores, habrá mas apertura, en otros el regreso tendrá que ser mas lento y con fuertes restricciones.

Reactivar la economía es importante, pero también lo es cuidar la salud de los sinaloenses.

Por ello debe haber un equilibrio entre apertura y prevención.

Y eso debemos entenderlo todos.

Lamentablemente los antecedentes que tenemos no son buenos: día del niño, día de las madres. Festejos alejados de la sana distancia… provocaron repuntes en los contagios y colocaron a Sinaloa entre los mas afectados por la pandemia.

Los resultados son funestos: ya vamos cerca de las mil defunciones en Sinaloa.

Queremos mas…?

Muchos seres queridos o conocidos han fallecido víctimas del virus… ¿queremos perder mas…?

Debemos entender que el riesgo está presente, pero que hay medidas para evitarlo.

Asumamos con responsabilidad la nueva normalidad a que nos han conducido el coronavirus y nuestros descuidos.