Es desgracia habitual en los ineptos la de engañarse al elegir profesión, al elegir amigos y al elegir casa.

Baltasar Gracián

 

|Por: José Angel Sánchez López|

Nuevamente un importante sector de la producción mexicana, la pesca de camarón, sufre un embargo dictado por el gobierno de los Estados Unidos.

En el pasado no muy lejano han sido objeto de embargo el aguacate, los limones y mas atrás, por muchos años, el atún.

El caso del atún demoró varios años para resolverse en cortes internacionales.

El tomate mexicano también ha sufrido boicots.

En todos los casos los boicots, o embargos, que prohíben la entrada de productos mexicanos al mercado estadounidense han sido promovidos por productores del vecino país que sienten la competencia mexicana por ser de mejor calidad.

Sin embargo, hoy mas que responsabilidad de los productores camaroneros de Estados Unidos, que también los hay, la mayor responsabilidad es del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Claro, también la hay de algunos productores de alta mar ya que el embargo surgió incumplimiento del uso de excluidores de tortuga en las redes de pesca de alta mar.

Desde el primer año del gobierno de López Obrador y la llamada cuarta transformación en aras de la presumida “austeridad” se han venido reduciendo los presupuestos para la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca despareciendo el programa de inspección y vigilancia.

Ello, además de la desaparición de mas de 20 programas de apoyo al sector pesquero nacional, la suspensión de los subsidios para el diésel marino, etc. etc. sumiendo al sector en un gravísimo problema por la escasez de recursos y los aumentos de los costos de producción.

El embargo no solo afecta a los productores de alta mar, como lo afirman el candidato de Morena-PAS a la gubernatura de Sinaloa Rubén Rocha Moya, la Conapesca y el Inapesca al tratar de minimizar el problema y, sino a todo el sector pesquero, es decir también a los pescadores ribereños.

Un comunicado de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), aclara el comunicado de prensa del viernes pasado emitido por la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), donde erróneamente afirma que se podrá seguir exportando el camarón que no haya sido capturado con redes de arrastre, es decir queda exento del embargo solamente el camarón de acuacultura.

La suspensión de la certificación anunciada por el Departamento de Estado, en vigor desde el pasado 30 de abril, incluye el camarón silvestre en su totalidad, tanto el capturado por la flota de altura con redes de arrastre como el que obtienen los pescadores artesanales o ribereños con redes agalleras y chinchorros.

La explicación que da el Servicio Nacional de Pesca Marina (NMFS) de la NOAA, señala que el camarón capturado por pequeñas embarcaciones se podría confundir con el de los grandes barcos y México “tendría la carga de demostrar que puede rastrear el producto lo suficientemente bien como para asegurar que no hubo ninguna mezcla”.

De acuerdo con la Canainpesca el mercado estadounidense representa más del 40 por ciento del valor de sus exportaciones.

El año pasado se exportaron a Estados Unidos 25 mil 750 toneladas de camarón por un valor de 262 millones de dólares, y de esa cifra el 66 por ciento correspondió a capturas en altamar.

El embargo camaronero es el resultado de cuatro visitas de inspección realizadas en dos años por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), a las flotas camaroneras de Campeche, Mazatlán, Puerto Chiapas, Puerto Juárez, Puerto Peñasco, Salina Cruz, San Blas y Tampico, donde encontraron serias irregularidades en el uso de los excluidores de tortugas.

Se notificó a las autoridades mexicanas pero éstas no atendieron los avisos.

El gobierno de López Obrador colocó al frente del organismo sector del sector pesquero, como lo ha hecho en otras áreas, a gente que desconoce la actividad.

En CONAPESCA pasó sin pena ni gloria Raúl de Jesús Elenes Angulo que se la llevó esperando el momento en que Rubén Rocha solicitara licencia para irse al Senado de la República y ahora está Octavio Almada Palafox, un licenciado en Psicología Deportiva cuyo mérito principal es que estaba en el cuerpo de ayudantes del presidente.

Y como citábamos en líneas anteriores, desde finales de 2018 la Conapesca desapareció el grupo especial de oficiales que durante todo el año se dedicaba a capacitar a la tripulación de los barcos en el uso correcto de los Dispositivos Excluidores de Tortugas Marinas y suspendió todas las tareas de vigilancia.

Ante la falta de vigilancia, muchos pescadores se olvidaron de los excluidores y ahí están las consecuencias.

Cierto, la culpa directa la tienen los camaroneros, pero la responsabilidad mayor es del gobierno mexicano por la reducción de presupuestos y cancelación de programas como se ha hecho en muchos otros rubros, para destinar mas recursos a las faraónicas obras capricho del presidente López Obrador.

Si la temporada camaronero que acaba de terminar fue casi desastrosa el futuro que se presenta para ese importante sector del que dependen miles de familias es negrísimo.