|Por: José Angel Sánchez López|

¿Qué sería de los dictadores sin nuestra obediente amnesia? Haz que el colectivo pierda la memoria, y podrás ocultar de todo.

Charles Stross

 

Los discursos pronunciados públicamente por los Presidentes Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump son políticos rellenos de diplomacia pero lejanos, muy lejanos del verdadero pensamiento del norteamericano y de los sentimientos del pueblo mexicano.

Ante los ojos del mundo ambos mandatarios exhibieron su amnesia y su hipocrecía.

Es obvio que una cosa es lo que dijeron en sus discursos y seguramente otra lo que hablaron en privado.

Trump es un xenofobo que olvida sus orígenes y los de su esposa cuyas raíces están en Europa y odia a los extranjeros, especialmente a la gente de color y a los mexicanos.

Unas horas antes de recibir a López Obrador en Washington subió a su twiter fotografías “supervisando“ el muro fronterizo que está levantando, según lo ha dicho reiteradamente “pagado por México”.

Fue como un aviso para López Obrador y los mexicanos que representa.

Recordemos que Trump ha llamado «violadores» y «criminales» a los mexicanos, “traen drogas, traen crimen, son violadores…” ha dicho y desde 2016 prometió levantar un muro para impedir su ingreso a Estados Unidos.

Y lo está levantando.

Ah!, pero diplomacia obliga y ahora, en su discurso del miércoles, dijo que los mexicanos «son gente trabajadora, son gente increíble, son un gran porcentaje de los propietarios de los negocios. Tienen mucho éxito…».

Que ésta si es una verdad, muy lejana de sus declaraciones xenófobas.

Por su parte, López Obrador, en su largo -por cierto bien elaborado en el marco diplomático- discurso que provocó visibles reacciones de enfado en su homólogo norteamericano habló de la tradición de gran respeto entre presidentes mexicanos y estadounidenses, señalando que se remonta a los primeros días de nuestras naciones e incluye, en particular, a Abraham Lincoln y Benito Juárez.

Luego aseguró que “la relación entre EE.UU. y México nunca ha sido tan cercana como ahora”. «Nos ha tratado como lo que somos: un país y un pueblo digno, libre, democrático y soberano», dijo

Nada tan falso ante los constantes agravios de Trump a los mexicanos. Mas que ninguno de sus antecesores.

La amnesia diplomática envolvió el recuerdo de las expresiones de violadores y criminales para los mexicanos que van en busca de trabajo a ese país, de la demanda de evitar el flujo de migrantes centroamericanos para evitar que crucen la frontera norte y que ha convertido a México y la guardia nacional en un muro de contención.

Atrás, pero plasmadas en un libro – “Oye Trump»- quedaron las expresiones del tabasqueño cuando tronaba contra la xenofobia del presidente norteamericano.

La entrada en vigor del T-MEC fue el pretexto para la visita, cuya verdadera finalidad era político electoral en apoyo a las aspiraciones de reelección de Trump.

Donald va abajo en las encuestas frente al demócrata Joe Biden y necesita el voto latino para recuperarse.

Son mas de 36 millones de mexicanos los que radican en Estados Unidos. De ellos alrededor de 5 millones tienen derecho a ejercer el voto y la mayoría han votado por los candidatos republicanos pero hoy están decepcionados de Trump.

Los necesita y por ello invitó a López Obrador y simuló el reconocimiento a México y los mexicanos.

El Tratado de libre comercio ya estaba aprobado. Es mas, entró en vigor siete días antes de la entrevista de los presidentes.

Nada que ver, pues…

Y por si alguien lo duda ahí está el spot difundido por la gente de Trump el que aparece con el presidente Andrés Manuel López Obrador y presume el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) como “su” logro.

En la grabación de un minuto tres segundos Trump y AMLO aparecen en distintos momentos de sus dos mensajes, así como durante la firma de la Declaración Conjunta por inicio del T-MEC.

Dos personajes que con sus actos hicieron gala de su amnesia e hipocrecía disfrazadas de diplomacia.