Decir que algo es natural, significa que se puede aplicar a todas las cosas.

Sócrates

 

|Por: José Angel Sánchez López|

Cada día que pasa se torna mas peligrosa la actividad periodística en México y en lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador nuestro país ha confirmado su posición como el mas peligroso para ejercer la actividad de la comunicación, superando a Afganistan.

En los últimos tres años han sido asesinados 54 periodistas en diferentes entidades mexicanas.

Lo mismo sucede con los defensores de derechos humanos que en el primer trienio de López Obrador se registran ya 68 asesinatos.

Todos impunes.

Tan solo en este mes de enero ya van tres periodistas asesinados:

José Luis Gamboa, director del medio digital Inforegio fue asesinado el 19 de enero en Veracruz, el lunes 17 fue el reportero gráfico Margarito Martínez, asesinado en Tijuana, B. C.

Y el domingo 23 le tocó a Lourdes Maldonado López ser víctima de balazos asesinos, también en Tijuana.

Como que esto fue la gota que derramo el vaso y provocó reacciones en todo el país y en el extranjero.

Miles de periodistas se manifestaron públicamente en cerca de 50 ciudades de México.

Organizaciones nacionales e internacionales también elevaron sus voces condenando los crímenes contra periodistas y demandando esclarecimiento, castigo y freno a esta violencia que atenta contra la vida de comunicadores y contra la libertad de expresión,

En el caso de la periodista tijuanense los primeros indicios parecen apuntar hacia el ex Gobernador Jaime Bonilla quien tenía una demanda laboral desde hace diez años interpuesta por la periodista que apenas hacía unos días recibió el fallo a su favor.

Pero de inmediato el Presidente López Obrador salió en defensa de Bonilla a quien tiene apuntado para un puesto en su gobierno.

Los crímenes contra periodistas tienen varias aristas. Su inmensa mayoría apunta al narcotráfico, algunas a gobernantes o funcionarios y otras pocas a situaciones personales.

Pero hay un punto que debemos señalar: desde la misma presidencia de la república se siembra y alienta el odio contra los periodistas que son incómodos para el presidente porque le señalan errores y mentiras.

Un día si y otro también, Andrés Manuel ataca verbalmente desde el Palacio Nacional, durante sus “mañaneras” a todo aquel periodista que le señala sus yerros y mentiras.

Y esas violentas expresiones verbales se filtran a las mentes de miles de fanatizados seguidores de Andrés Manuel sembrando en ellos la semilla del odio hacia los comunicadores.

No se necesita ordenar: basta que un enfermo se anime y se lanza a cometer el crimen.

Recordamos el caso de Vicente García Medina victimado hace unos 50 años en El Fuerte por dos policías molestos por las criticas que hacía al entonces alcalde León Fernando García. Actuaron motu propio. Fue de los muy pocos crímenes de periodistas aclarados.

Recordamos a Aarón Flores Heredia, Manuel Burgueño Orduño, Humberto Millán, José Luis Romero, Oscar Rivera, entre otros cuyos asesinatos continúan impunes.

El caso de Javier Valdez Cárdenas, presuntamente resuelto parcialmente pero los autores intelectuales siguen cobijados por el manto de la impunidad.

Es mucha la sangre de comunicadores derramada y ello obliga a gritar para demandar justicia y respeto.

Justicia para los caídos, aplicación de la justicia para los autores materiales y también los intelectuales

Y respeto para los comunicadores que día a día salen a la calle, dejan a la familia en sus hogares para ir en busca de la noticia e informar a la sociedad del acontecer cotidiano.

Respeto mas que protección que de nada sirve, comprobado está, para quienes opinan, quienes expresan sus criterios respecto a la forma de gobernar, señalando errores, desviaciones, mentiras ´pero también aciertos, cuando los hay.

Respeto… No balas!!!