Me encanta la discusión. Me encanta el debate. No espero de nadie que simplemente se siente ahí y esté de acuerdo conmigo; ese no es su trabajo.

Margaret Thatcher

|Por:  José Angel Sánchez López|

Pasó el primer debate de los dos que organiza la autoridad electoral (el IEES) para la participación de los candidatos a la gubernatura sinaloense, donde hubo propuestas, señalamientos, acusaciones, pero ausencia de un real debate.

Eso si, todos o casi todos los contendientes por la gubernatura de Sinaloa se proclamaron ganadores.

Sin embargo, el debate no fue debate sino una confrontación entre casi todos los participantes que expusieron proyectos o ideas de proyectos pero no fueron tema de discusión.

Un debate tiene como objetivo que los participantes expongan proyectos o ideas y que estas se discutan.

Sirve para que la ciudadanía los vea y escuche las propuestas de cada candidato y las observaciones que los contendientes hagan en favor, en contra o complementos.

Sirve para convencer al votante, especialmente al indeciso que todavía no decide su voto.

Debatir es discutir entre dos o más personas sobre uno o varios temas exponiendo sus ideas y defendiendo sus opiniones e intereses.

Pero lo que vimos en este debate si, hubo propuestas de proyectos o ideas sobre gobierno, pero no se discutieron.

Los candidatos presentaron ideas o proyectos de gobierno, la mayoría ya expuestos en los días que van de campaña.

Pero, insisto, no se discutieron las ideas planteadas.

Los candidatos, la mayoría aprovechó los tiempos de réplica para insistir, ampliar o repetir sus propuestas y para atacar a los rivales.

A excepción de Rosa Elena Millán, la candidata de Fuerza por México que dedicó todos sus tiempos a hablar de sus propuestas.

El principal blanco de los señalamientos fue el candidato de Morena y PAS, Rubén Rocha Moya, blanco de los dardos de Sergio Félix Torres (MC), Mario Zamora Gastélum (Vá por México PRI-PAN-PRD), la Dra. Yolanda Yadira Cabrera de Redes Sociales Progresistas, Ricardo Arnulfo Mendoza de Encuentro Social (PES), especialmente.

Le señalaron la lujosa camioneta que compró su chofer, la alianza con Héctor Melesio Cuen y el PAS, su apoyo a candidatos negativos, su aprobación a la cancelación de apoyos y programas decretada por Andrés Manuel López Obrador, entre otras cosas.

Mario Zamora también recibió señalamientos de Sergio Torres, Rocha Moya y Ricardo Arnulfo Mendoza y se desquitó con los dos primeros. A Sergio le llamó Morrín y le dijo que alcanzaría al menos el 3% de los votos para que su partido mantenga el registro.

Vimos a una Rosa Elena Millán (FXM) segura en su participación manteniéndose al margen de las discusiones.

A un Sergio Torres (MC) agresivo, decidido como ha sido toda su vida con propuestas combinadas con señalamientos contra sus dos principales rivales.

A una Dra. Cabrera (RSP), que denunció las amenazas que recibió para que no atacara a Rocha Moya, segura en su intervención con propuestas, agresiva y documentada en sus señalamientos. Responsabilizó a Rocha Moya y a Cuen de cualquier atentado contra ella o su familia.

A un Tomás Sauceda del PVEM con propuestas pero un tanto inseguro y poco parque.

A una Gloria González Burboa del PT un tanto indecisa, mala para la improvisación.

A Ricardo Arnulfo (PES) con algunas propuestas y parque suficiente para el ataque, sobre todo a Rocha Moya.

A un Rubén Rocha (MORENA-PAS) con propuestas pero abrumado por los frecuentes señalamientos.

Y a un Mario Zamora seguro, con propuestas y preparado para dar y recibir, como lo hizo.

La organización del IEES fue buena de acuerdo a la disponibilidad de tiempo y la participación de ocho candidatos, que son muchos para un evento de esta naturaleza.

Considero que no funcionó el haber dado tiempo para réplica después de la presentación de las plataformas de campaña, lo que aprovecharon los contendientes mas que para replicar para insistir en sus propuestas.

La conducción por Conchita Soto fue buena lo que dio cierta agilidad al desarrollo.

Pero, insisto: debate, lo que es debate no hubo!