/Pedro Moreno: El descaro.

Pedro Moreno: El descaro.

Escrito por: Redacción Ruta Sinaloa

|Por: Pedro Moreno|

 

Piedra, marcada; el descaro envuelve su llegada a la CNDH y la mentira la retrata.

Adiós pudor. Fuera máscaras. La llegada ilegal e ilegítima de Rosario Piedra Ibarra a la CNDH es la consolidación del descaro. Así la vida pública sin decencia.

El descaro de quien milita en un partido en el que ostenta un cargo de dirección, lo que la impedía siquiera para participar en la convocatoria para encabezar la Comisión, pero aun así se inscribe.

El descaro de ser inelegible, pero mentir sin ruborizarse frente al Senado y la prensa, negando ser lo que fue cuatro años: integrante del consejo nacional de Morena.

El descaro de su partido de festejar como victoria propia su imposición. El descaro de la mayoría afín al gobierno, que comete fraude en el conteo de los votos; estuvieron 118 senadores presentes, votan 116 y sólo cantan 114 votos, para que los números cuadren.

El descaro de legisladores que simulan querer reponer una votación manchada por la sospecha de trampa, pero en realidad solo ocultan la intención de avasallar.

El descaro de senadores que aplauden hasta sangrarles las manos la imposición de una de las “suyas” en un órgano autónomo.

El descaro de la nueva presidenta de la CNDH que, sonriente, asume el cargo entre empujones y con senadores derribados.

El descaro del senador Eduardo Ramírez, de Morena, de ordenar la protesta a la presidenta de la Mesa Directiva, también de Morena, Mónica Fernández, y levantar la mano, cual títere, de Piedra, frente a la mirada de las cámaras. El descaro del manoseo de un proceso turbio. El descaro de un presidente que elige a su contrapeso y un grupo parlamentario que, con tal de cumplirle el deseo, hace trampa abiertamente.

El descaro de una titular que se dice independiente, pero tiene como foto de perfil en whatsapp, la imagen de ella con el presidente.

El descaro de su primera declaración como titular de la CNDH, desconociendo que hay periodistas asesinados en México, cuando nuestro país ocupa el primer lugar en crímenes contra comunicadores.

Rosario Piedra Ibarra está marcada, y su camino a la CNDH manchado. El descaro envuelve su llegada, la mentira la retrata. Mala cosa cuando la verdad es escasea en la vida política, y tendría que ser un arma desde un órgano como la Comisión. En su ascenso no hubo limpieza; sí sospechas en abundancia. No hubo ética; sí ilegalidad e ilegitimidad a todas luces. No hay verdad; sí un Rosario, pero de falsedades y trampas. Hay descaro burdo e impúdico que la acompañará en su gestión.P

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